Circe and her Swine / Briton Riviere |
Penélope bordaba el periplo de Ulises.
Bordaba con realce el riesgo y las hazañas, la penuria y la gloria.
Recibía el dictado de los dioses copiando su diseño del bastidor de las estrellas
Anudaba los hilos con los años.
Pasaban por el ojo de su aguja el caballo de Troya,
los horizontes indomables - esos que no se someterán jamás al obstinado-,
los cíclopes, los vientos, los frutos que procuran el desarraigo y el olvido,
y punzaba de paso el corazón de otras mujeres, horadaba otras dichas.
Deshacer cada noche su labor equivalía a conjurar la suerte,
era deshilvanar cada aventura, volver atrás las puntadas del tiempo.
También tú, repudiada, bordas ahora el viaje de otro ausente,
infiel como las nubes, fabulador como el artero mar.
Pero bordas en tu favor lo que desdice el eco y recusan las sombras:
islas en vez de cuerpos que se adaptan a la forma cambiante del deseo,
resacas por delirios,
parajes extenuados en lugar de instantáneos paraísos,
tu casa floreciendo en la nostalgia en lugar de una puerta cerrada para siempre.
Querrías imponer tu dibujo al destino,
convertir en destierro y en muralla la ola que arrebatara al inconstante,
amordazar las fauces del oráculo que te condena por su desmemoriada boca.
Pero nunca serás ni siquiera el refugio después de la aventura;
mucho menos el premio de un torneo cualquiera con la muerte.
Porque por esta vez Mercurio no intervino en bien del traicionero.
Otra Circe perversa lo ha convertido en cerdo.
de "En el revés del cielo" (1987)
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