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retratos de O.O para los lentes de Valerio |
Sin duda uno de los grandes amores de Olga fue Valerio Peluffo, un arquitecto a quien conoció en casa de unos amigos y al que le leyó el tarot profetizándole que si bien estaba curando ahora viejas heridas, estaba a punto de conocer una hermosa mujer, seguramente artista, buena y talentosa con quien viviría una historia inolvidable.
Olga reía divertida cuando ante alguna pequeña rencilla doméstica, Valerio iba en busca de aquellas anotaciones del primer encuentro y le decía "Mira el retrato que te hiciste".
Valerio, apasionado por las flores, inició a Olga en los secretos del jardín. Florecían en el balcón de la calle Arenales vincas, portulacas y helechos de inusitado verdor.
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manuscrito de O.O con anotaciones acerca del jardín |
Solían escuchar conciertos y dibujar cadáveres exquisitos como el que ilustra la tapa de Con esta boca en este mundo.
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Juntos recibían a los amigos y juntos realizaban incontables viajes.
.Cuando él viajaba solo, ella colocaba dos fotografías suyas sobre los anteojos del esposo "Para que sólo tengas ojos para mí".
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Olga y Valerio en Córdoba |
Juntos vivieron hasta la muerte de Valerio. La pérdida de su compañero aumentó la distancia entre la poeta y el mundo, sumando una luz más del otro lado.
Aún así, Olga siguió recibiendo amigos, conocidos y tímidas jovencitas con intenciones literarias.
Recuerdo sus palabras mientras acercaba la bandeja con el té; "¿sientes ese aroma a jazmines?, es Valerio que viene a visitarnos."
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