Ya no florece el árbol en que ahorcaron a Peter Farrow, en sus ramas
ya no anidan los pájaros ni cantan su proximidad.
Acusado de robo de caballos, asalto a mano armada y brujería, Peter
Farrow sólo llevaba consigo 38 dólares, la Biblia, un
desencuadernado libro de poemas, y manuscritos en los que
hablaba de la soledad y ponía en duda la existencia de Dios.
Convivía en paz con águilas y coyotes, era amigo de conejos y
gamos, sabía de la lluvia y de las plantas medicinales; de las
nubes, a las que llamaba caballos; de los caballos, a los que
llamaba nubes; de las virtudes y flaquezas humanas.
El cerezo aún existe en una región desértica y abandonada de
Kentucky, donde el viento gime como gemía Patricia Knolles,
novia de Peter Farrow. Hay quien dice que el gemido es el
grito de la propia Patricia Knolles en su afán por revivir al
ahorcado.
Algunos cazadores que inadvertidamente pasaron por allí aseguran
que en las noches de luna seis vaqueros cuentan monedas, en
tanto que otro lee en voz alta textos para ellos casi
ininteligibles.
Y que de una de las ramas pende una cuerda fría e inmóvil, tensa, y
y ellos no lo saben, porque sostiene el cuerpo de Peter Farrow
que a nadie le es dado ver.
ya no anidan los pájaros ni cantan su proximidad.
Acusado de robo de caballos, asalto a mano armada y brujería, Peter
Farrow sólo llevaba consigo 38 dólares, la Biblia, un
desencuadernado libro de poemas, y manuscritos en los que
hablaba de la soledad y ponía en duda la existencia de Dios.
Convivía en paz con águilas y coyotes, era amigo de conejos y
gamos, sabía de la lluvia y de las plantas medicinales; de las
nubes, a las que llamaba caballos; de los caballos, a los que
llamaba nubes; de las virtudes y flaquezas humanas.
El cerezo aún existe en una región desértica y abandonada de
Kentucky, donde el viento gime como gemía Patricia Knolles,
novia de Peter Farrow. Hay quien dice que el gemido es el
grito de la propia Patricia Knolles en su afán por revivir al
ahorcado.
Algunos cazadores que inadvertidamente pasaron por allí aseguran
que en las noches de luna seis vaqueros cuentan monedas, en
tanto que otro lee en voz alta textos para ellos casi
ininteligibles.
Y que de una de las ramas pende una cuerda fría e inmóvil, tensa, y
y ellos no lo saben, porque sostiene el cuerpo de Peter Farrow
que a nadie le es dado ver.
Fernando Ferreira de Loanda (nacido en Loanda, Angola; crecido en Río de Janeiro desde los once años; 1924-2002). En: José Emilio Pacheco: Aproximaciones. Editorial Penélope, México, 1984.
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