domingo, 18 de octubre de 2009

El jardín posible florece en Masottatorres



Presentación de la esperada antología poética de Olga Orozco

Y descubre un jardín donde somos posibles todavía…

apenas un instante, nada más que un instante,

y yo, debajo de aquel árbol

copiados por la brisa de un momento cualquiera de la eternidad

Olga Orozco

Editar un libro de Olga Orozco luego de diez años de silencio y con todas sus ediciones agotadas es un desafío que sólo se puede concretar “con una pequeña ayuda de los amigos”; no tan pequeña en este caso.

Todo comenzó cuando fui a Toay y me enamoró la casa natal de Olga Orozco como antes, allá por 1997 me había cautivado su presencia y mucho antes, de adolescente, la antología del Centro Editor que compré junto con Hotel Pájaro de Enrique Molina en una de las librerías de la Calle Corrientes.

Y comenzó la aventura. Javier Cófreces, Eduardo Mileo y Alberto Muñoz, el inseparable power trío de Ediciones en Danza convirtió este empecinamiento en realidad.

Luego todo fue operando por contagio. Con una piedra negra apretada en la mano viajé a Bahía Blanca junto con Silvio Tejada a recorrer las calles que Olga había transitado en su primer exilio.

Y el viaje no fue en vano. Le debo a Silvio y a su tarea como archivista el haber podido cotejar las grabaciones de los poemas inéditos de O. en la Feria del Libro 1999 con sus versiones publicadas en el Diario La Nación.

El libro estaba en marcha. La Casa Museo y los herederos de la poeta aportaron las fotos del dossier, mi entrañable amigo Pablo Runa realizó la tapa y durante el proceso de escritura varios amigos ayudaron cebando mates, dictando poemas, o cocinando para mis hijos mientras yo escribía.

El jardín posible no es el libro que quería. Los ocho poemas inéditos fueron por razones contractuales apartados de la selección. Pero aún incompleto el jardín está aquí.

Ayer, 17 de octubre de 2009, fue presentado en sociedad.

Como en esos cuentos de Las Mil y Una Noches en los que una puerta secreta de paso a un vergel inimaginable, el libro invita; recorre en sus 106 páginas los nueve libros de poesía que Orozco publicó más cuatro poemas que no llegaron a ser parte de un libro como unidad pero fueron publicados en Eclipses y fulgores (Lumen 1998)

La presentación fue un cálido homenaje que tuvo por momentos las características de la un ritual sagrado.

Un joven enmascarado susurraba poemas a los asistentes que iban llenando la sala; los poetas Laura Yasán, Alberto Muñoz y Eduardo Mileo encarnaron en su voz Esa es tu pena, Señora tomando sopa, Yo, Olga Orozco, Con esta boca, en este mundo.

Luego a modo de cierre, la misma Olga, en su departamento de la Calle Arenales repasó parte de su vida y obra en el documental de Canal Encuentro dirigido por Marcelo Iaccarino.

Una etapa está cumplida. Como una procesión de antorchas que celebra este fuego vivo de la poesía, aún restan las presentaciones en Bahía Blanca, en Toay, en Viedma y en Puerto Madryn.

Misión cumplida: El jardín posible, antología poética de Olga Orozco espera a sus lectores en las librerías.

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